Documental audiovisual sobre el colibrí de páramo “Estrella Ecuatoriana”

Loading...
Thumbnail Image
Date
2019-03-22
Journal Title
Journal ISSN
Volume Title
Publisher
PUCE-Quito
Abstract
El conocimiento de la biodiversidad no es hecho reciente. Los mexicas por ejemplo, adquirieron amplia noción de su entorno, especialmente de plantas y animales, lo cual se refleja en los nombres nahuas, formados por dos elementos fonéticos que describen las propiedades del organismo. Un par de ejemplos más representativos de este saber ancestral es el cempasúchil (zempoaxuchitl, veinte flores) y el ajolote (axotl, monstruo de agua) (Unam, 2001). Curiosamente, en el año 1615 el ajolote (anfibio) empieza a aparecer en la literatura científica (Casas Andreu, 2004), pero recién en el siglo XIX, fue descrito formalmente y se le otorgó un nombre científico. Desde entonces los científicos han nombrado y descrito formalmente alrededor de 1,8 millones de especies de organismos. Algunos investigadores estiman que existen más de 10 millones de especies por descubrir, otros en cambio afirman que este número podría ascender hasta 100 millones (Campbell and Reece, 2008). Al mismo tiempo nuevas especies han sido descubiertas, otras se han ido extinguiendo, principalmente por la pérdida del hábitat, introducción de especies y sobreexplotación (Wilson, 1989). Para finales del siglo XX, la tasa de extinción global se proyectaba entre 1000 y 30 000 especies (Wilson, 1989). De hecho, se estima que la tasa de extinción está escalando más rápido que las tasas a la cual nuevas especies están siendo descubiertas (Sisk, 1994). El conocimiento de la biodiversidad no es hecho reciente. Los mexicas por ejemplo, adquirieron amplia noción de su entorno, especialmente de plantas y animales, lo cual se refleja en los nombres nahuas, formados por dos elementos fonéticos que describen las propiedades del organismo. Un par de ejemplos más representativos de este saber ancestral es el cempasúchil (zempoaxuchitl, veinte flores) y el ajolote (axotl, monstruo de agua) (Unam, 2001). Curiosamente, en el año 1615 el ajolote (anfibio) empieza a aparecer en la literatura científica (Casas Andreu, 2004), pero recién en el siglo XIX, fue descrito formalmente y se le otorgó un nombre científico. Desde entonces los científicos han nombrado y descrito formalmente alrededor de 1,8 millones de especies de organismos. Algunos investigadores estiman que existen más de 10 millones de especies por descubrir, otros en cambio afirman que este número podría ascender hasta 100 millones (Campbell and Reece, 2008). Al mismo tiempo nuevas especies han sido descubiertas, otras se han ido extinguiendo, principalmente por la pérdida del hábitat, introducción de especies y sobreexplotación (Wilson, 1989). Para finales del siglo XX, la tasa de extinción global se proyectaba entre 1000 y 30 000 especies (Wilson, 1989). De hecho, se estima que la tasa de extinción está escalando más rápido que las tasas a la cual nuevas especies están siendo descubiertas (Sisk, 1994). Por otro lado, vivimos en una sociedad donde la información es transmitida, en su inmensa mayoría, a través de los dispositivos digitales. Al respecto, Franco Crespo, en su estudio realizado en Quito, Ecuador, encontró que los jóvenes de entre 12 y 18 años dedican en promedio 7 horas y 50 minutos, al día en el uso de la televisión, el ordenador, las consolas de videojuegos, los reproductores de música, el teléfono celular o el teléfono fijo (Crespo, 2013). En este sentido, la realización de materiales audiovisuales didácticos es fundamentales para contrarrestar, aunque sea en parte, el problema causado por la alienación de contenidos poco educativos existentes en los medios y redes digitales.
Description
Keywords
DUCUMENTAL AUDIOVISUAL, COLIBRÍ DE PÁRAMO ESTRELLA ECUATORIANA, PERIODISMO DE INMERSIÓN, BRECHA ENTRE CIENCIA Y SOCIEDAD, GÉNEROS PERIODÍSTICOS, INVESTIGACIÓN, GUIÓN, SINOPSIS, PRE-PRODUCCIÓN, LA ESCALETA, EFECTOS FÍLMICOS, CRITERIOS DEL MONTAJE, MANEJO DE LA LUZ, POST-PRODUCCIÓN, MOVIMIENTOS DE CÁMARA
Citation
7773