Constatar de qué modo los valores cristianos se incorporaron al Corpus de los valores del pueblo kichwa del Quilotoa

dc.contributor.advisorSierra, Wladimir
dc.contributor.authorManangón Iguago, José
dc.date.accessioned2024-05-16T21:32:33Z
dc.date.available2024-05-16T21:32:33Z
dc.date.issued2010
dc.description.abstractA lo largo de la historia del ser humano existe como un denominador común, una condición que sigue siendo vigente y es el proceso de humanización. Podríamos decir que el ser humano está en continua humanización; de hecho, la perfección humana se la puede cuantificar en cuanto desarrollo del pensamiento, del conocimiento y en la medida de la capacidad de amar. Amor que se manifiesta en servicio a los más débiles, en el empeño permanente de ser libres, libertad que crece en la medida de que en la comunidad se pueda construir relaciones fraternas y relaciones productivas que permitan vivir a la comunidad humana con dignidad. Todos estos procesos son azarosos, porosos y llenos de sorpresas. En el caminar del ser humano existen apegos y desapegos, encuentros y desencuentros, en estas realidades es constante la presencia de los valores éticos que se vuelven una especie de cita permanente en el comportamiento humano más justo y equitativo. Ciertamente los valores éticos no son solo relatos, discursos o simples consejos, éstos se viven con un alto nivel de espiritualidad; vivencia respaldada por la coherencia y la ejemplaridad de la persona y de la comunidad. Los valores éticos están cargados de abundante ética y semiótica, por lo que cada sociedad, cada pueblo, cada colectivo y cada persona puede repensar los valores e incluso puede recrear los valores éticos los mismos que son puestos en vigencia por el colectivo social, indudablemente más enriquecidos por la capacidad de dar sentido a la vida, a las relaciones sociales y productivas. La construcción de los valores éticos y sus vivencias está en relación a los acuerdos de las personas y de los pueblos y vinculados a la buena voluntad de cambiar las cosas que matan la vida y que no permiten una vida digna para la comunidad humana. Los cambios para mejorar no se imponen por ley o por decreto. Los cambios se dan cuando se descubren las causas que no permiten vivir con dignidad y se vuelve imperioso la vigencia de los valores. La vida humana tiene sentido cuando se viven los valores éticos de manera generosa totalmente descentrada y es incondicional. Los valores se ponen en evidencia cuando se parte desde los pobres, desde los que no tienen el poder político ni económico, estos poderes por lo general corrompen la humanización de la vida. Los valores éticos se viven cuando hay conciencia de construir un modelo social más justo y más humano, cuando existe un proyecto político que esté encaminado a la redistribución de los bienes públicos y privados a ejemplo de la primitiva Comunidad Cristiana. Los valores de la Cultura Semítica vivida por el pueblo judío y sistematizada por Moisés, quien elevó estos valores éticos a nivel de mandato del Dios único. El pueblo judío liderado por Moisés y los profetas siempre se mantuvieron en alianza con Dios para cumplir sus mandatos que son valores éticos que ayudan a vivir como hermanos. El amor a Dios y al prójimo, la justicia a los más pobres, el respeto a la vida, el respeto a lo ajeno, son principios que el pueblo judío los vivió y cada que se olvidaban estos valores eran deportados y sometidos a la esclavitud; de todas maneras, el Dios misericordioso lento a la cólera y rico en piedad extendía la mano al pueblo judío para el perdón y se volvía siempre a la armonía entre Dios - la humanidad y la naturaleza. Los valores vividos por el pueblo judío son reinterpretados por Jesús el hijo de Dios, quien los nutre de nuevos sentidos a los mandatos de Dios. Jesús enseña con autoridad y su ejemplo de vida llama la atención. Jesús ratifica que la vida humana es más importante que “el sábado”; que la ley esclaviza y no permite vivir al débil con dignidad. Que el amor a Dios y al prójimo es la regla de oro para la construcción de una sociedad fraterna y equitativa. Que la justicia es más importante que las ofrendas y holocaustos. Jesús invita a vivir defendiendo la vida de los más débiles, indefensos y caídos en desgracia; las parábolas del hijo pródigo, de la mujer adúltera, son los ejemplos más palpables de como tenemos que proceder. Jesús cuando habla sobre el Juicio Final radicalmente asegura que se salvarán sólo aquellos que hagan buenas obras, obras que den vida en abundancia, de manera especial a los más débiles. Jesús también nos recuerda que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de Dios. Los apóstoles de Jesús vivieron de manera radical lo vivido con él en la primitiva comunidad cristiana. Pablo lleva a los pueblos paganos el evangelio y sus valores, los mismos que son enriquecidos por los diferentes y diversos pueblos donde cumplió su misión. La pastoral diocesana de Latacunga asume a plenitud el evangelio, los documentos de la iglesia e inicia en la diócesis una Pastoral Indígena que prioriza, valora y dignifica la vida de los indígenas como población mayoritaria y más pobre y más queridos por nuestro Padre Dios. El Equipo pastoral de Zumbahua con todas estas reflexiones se planteó su plan pastoral cuyos ejes fueron: La proclamación del nombre de Jesús y de su Evangelio, la toma de conciencia de la dignidad de los hijos de Dios y el acompañamiento en los procesos de lucha (tierra, educación y organización). Para concretizar el primer eje tenía que hacerse realidad la iglesia local como comunidad eclesial. La praxis pastoral asumió el método propuesto por Paulo Freire (ver-juzgar y actuar). Todo este caminar de los valores del evangelio de Jesús se ve confrontado con los valores andino kichwas. Este pueblo que mantiene un bagaje cultural enorme, los tiene en vigencia y lo guarda celosamente. Su cosmovisión enriquecida por su encuentro con la civilización Inca, luego con la venida de los europeos, para mantenerse viva en la memoria de sus habitantes. Las nuevas generaciones reinterpretan estos valores a la luz del evangelio. En este sentido no se puede hablar de sincretismo dado que los valores propios se imponen y los valores del evangelio aportan al fortalecimiento de éstos valores. Hasta hoy se impone la cultura Andina, está en vigencia el mito y mientras esto persista es muy complejo racionalizar la encarnación como hecho de salvación.
dc.id.advisorS/N
dc.id.author1703085637
dc.identifier.other13643
dc.identifier.urihttps://repositorio.puce.edu.ec/handle/123456789/43361
dc.language.isoes
dc.publisherPUCE - Quito
dc.subjectEducación católica
dc.subjectEducación en valores
dc.subjectÉtica cristiana
dc.subjectPueblos indígenas - Quilotoa
dc.titleConstatar de qué modo los valores cristianos se incorporaron al Corpus de los valores del pueblo kichwa del Quilotoa
dc.typeThesis
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Trabajo de Titulación - Maestría / Manangón Iguago José
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