Tesis - Licenciatura en Teología (Restringidas)

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    El sacramento de la reconciliación: encuentro del Amor de Dios con el hombre
    (QUITO / PUCE / 2009, 2009) Castillo Rodríguez, Alexander Alexis; N.D.
    Este trabajo de disertación está compuesto por cuatro capítulos, en los que se enfoca el tema de la Reconciliación desde el punto de vista: bíblioco, antropológico, doctrinal y pastoral. el último capítulo engloba los capítulos anteriores, pero todos los capítulos anteriores mantienen su importancia en cuanto que están orientados hacia el último y posibilitan una mejor comprensión de este sacramento tan necesario y valioso.......
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    Jesús Salvador absoluto
    (QUITO / PUCE / 2010, 2010) Rodríguez Mela, Juan José; De la Torre Altamirano, David Israel
    El cristianismo profesa que Dios ha intervenido en la historia de los hombres en un hombre concreto, Jesús de Nazaret. Dios ha intervenido para reconciliarnos con él y donarnos su vida divina a través de Jesús. De suerte, que Jesús es proclamado el Mesías en el Nuevo Testamento, es decir, aquel que fue prometido como el Salvador en el Antiguo Testamento. Fue así como los primeros cristianos lograron comprender la realidad soteriológica que encerraba la persona de Jesús de Nazaret, a la luz del acontecimiento pascual. Es después de Pascua que los discípulos logran comprender la significación soteriológica que Jesús de Nazaret tiene en el designio salvífico de Dios. Para ello utilizan las diferentes imágenes que se encuentran en la tradición veterotestamentaria: Siervo sufriente de Isaías, el Mesías, el Profeta, etc. Así el acontecimiento Cristo no establece una escisión con la tradición veterotestamentaria, sino que está en continuidad con ella. El acontecimiento Cristo ha sido el cumplimiento de las promesas de salvación en la Antigua Alianza.
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    Sufrimiento asumido por amor: ¿qué respuesta da la teología al sufrimiento del hombre?
    (QUITO / PUCE / 2010, 2010) Borda Oruño, Francisco; Barredo Heinert, Fernando Víctor
    Esta disertación está compuesto por 3 capítulos, y en ella se desarrolla el tema del sufrimiento asumido por el amor, y esto desde el punto de vista: antropológico, bíblico y pastoral. En cada capítulo se intenta responder, desde distinto punto de vista, a la pregunta planteada en esta disertación ¿Qué respuesta da la teología al sufrimiento del hombre? El capítulo primero: “El sufrimiento, parte de la condición humana”, muestra que el sufrimiento es parte y está presente desde el comienzo de la existencia humana. El es causado por nosotros mismos, por el prójimo y a veces por la naturaleza. Aunque el sufrimiento no es agradable, no es del todo negativo, porque contribuye a la madurez humana. Así como expresa William Shakespeare: “El que no ha sufrido no sabe nada; no conoce ni el bien ni el mal; ni conoce a los hombres ni se conoce así mismo”.
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    El amor misericordioso de Dios
    (QUITO / PUCE / 2010, 2010-04) Culma Ortiz, Yonfarid; De la Torre Altamirano, David Israel
    En estos momentos en los que prima el interés particular, en los que el hombre se interesa más por el tener que por el ser, en donde lo más importante es lograr los objetivos personales o individuales a costa de pasar por encima de los demás, es necesario hacer un alto en el camino teniendo presente que existe otro llamado, el prójimo, y que en nuestras prácticas espirituales y religiosas debe ocupar un lugar predominante. Este lugar privilegiado para nuestro prójimo debe ser determinado después de reconocer que ante todo existe un ser trascendental y omnipotente, del cual hemos recibido todo nuestro ser, motivado exclusivamente por el amor, él ha realizado enormes maravillas a lo largo de toda la historia de la salvación, llegando incluso a encarnarse y sacrificarse para demostrarnos que lo único que quiere es la felicidad humana. Su legado principal es el amar al prójimo como si se tratara de uno mismo. Pero para hacerlo es necesario que haya nacido en el corazón humano un amor desinteresado que sepa dar respuesta logrando encontrar su rostro en el rostro de los demás.
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    Sendero de luz: espiritualidad cristiana para el nuevo milenio
    (QUITO / PUCE / 2010, 2010) Torres López, Wilmer Néstor; Barredo Heinert, Fernando Víctor
    Analógicamente, la espiritualidad es comparable a sumergirse en el profundo y majestuoso mar y gozarse con su encantadora belleza. Con esta experiencia, quisiera, el hombre, buscar un pretexto y los medios para alargar su estadía en tan inmenso y precioso piélago; así, mantener por siempre este deleite. El cristiano, sumergido en la inmensidad de Dios, participa de la gracia que le regala a manos llenas. Quisiera, él, no desprenderse de esta realidad y disfrutar para siempre de su experiencia; sin embargo, sabe que mientras dure su estancia en la tierra, su compromiso es el de participar estos dones a sus hermanos.
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    El sacrificio de Cristo como acción humanizadora
    (QUITO / PUCE / 2009, 2009) González Moreira, Jorge Raúl; De la Torre Altamirano, David Israel
    A lo largo de la historia de la humanidad, el hombre ha intentado de muchas maneras relacionarse con Dios, pasando por numerosas experiencia, que de algún modo le han dado la sensación de lograrlo, expresiones como el sacrificio, en sus diferentes manifestaciones, .de acuerdo a la cultura de los pueblos, oraciones, ritos, que acompañan el acto sacrificial, etc. Haciendo un recorrido por las culturas más sobresalientes de la antigüedad, podemos observar que todas tienen en su base cultural, religiosa e incluso social el sacrificio como una forma de relacionarse entre ellos y a la vez con aquello que está fuera de su comprensión y que se manifiesta en los fenómenos de la naturaleza, a lo cual se le atribuye un carácter divino. Esto ha hecho que la experiencia del sacrificio pase por diferentes momentos y maneras de expresarse, desde el sacrificio humano, hasta presentar los productos de la tierra, animales, vegetales, entre otros; con este objetivo, el elemento presentado debe ser de lo mejor y pertenecer a la persona o comunidad que presente el sacrificio; Girard le da a la víctima el papel central dentro del acto sacrificial, ya que en su relación directa con la comunidad, lleva consigo todos los males o deficiencias de la misma para presentarlas a la divinidad, quien, de alguna manera, la transforma en bien para dicha comunidad.
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    Ser cristiano en un mundo secularizado
    (QUITO / PUCE / 2010, 2010) Pinzón Auquillas, Nilo Vicente; De la Torre Altamirano, David Israel
    La naturaleza religiosa asumida por el hombre a lo largo de su historia constituyó desde siempre, la condición necesaria y básica que ha ayudado a proyectar los objetivos, anhelos y esperanzas tanto aquí en la tierra como escatológicamente en el cielo. El hombre siempre ha pensado que el curso del mundo y de la historia estaba sujeto a la realidad sobrenatural y omnipotente de Dios y ha hecho el esfuerzo para ordenar su vida desde esa perspectiva. El destino del hombre y del mundo dependería exclusivamente de Dios como creador de todo. Así el hombre ha permanecido hasta hoy creyendo que el futuro de la vida no está del todo en nuestras manos. Sin embargo, el estatuto religioso del ser humano ha ido debilitándose paulatinamente y ya no tiene ese carácter tan influyente en la conciencia y en el entendimiento humano como en otras épocas. La realidad que contribuía a una comprensión de la vida desde una perspectiva religioso - espiritual tiende a ser descartada del horizonte vital del hombre. Ya no nos entendemos dependientes de lo divino como un absoluto sin el cual al ser humano le sería imposible construir y organizar la vida aquí en la tierra. La fe religiosa va quedando relegada al ámbito privado y a eso aspiran las actuales estructuras sociales que mueven al individuo a no hacer pública ninguna creencia......
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    El pecado personal no es sólo "personal"
    (QUITO / PUCE / 2010, 2010) Vera Sabando, Pablo Agustín; De la Torre Altamirano, David Israel
    El pecado es siempre un acto de la persona, porque es un acto libre e individual y no precisamente de un grupo o comunidad. Al ser personal, responde de alguna manera a las decisiones que ha ido tomando en su vida; sin embargo, hay que entender también que el pecado no sólo responde a una inclinación del hombre al mal, sino que además está condicionado externamente por estructuras que “invitan” al pecado. “Si bien el pecado procede de los hombres, procede de modo colectivo y anónimo, procede antes de estructuras consolidadas que de la malicia personal de los individuos.” El pecado personal tiene siempre una dimensión social. El pecador, a la vez que ofende a Dios y se daña a sí mismo, se hace responsable también del mal testimonio y de la influencia negativa de su comportamiento. Los pecados sociales son el fruto, la acumulación y la concentración de muchos pecados personales.
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    El vínculo matrimonial: en la perspectiva jurídica, en la Escritura, en la doctrina de los padres y del magisterio de la Iglesia
    (QUITO / PUCE / 2008, 2008) Montoya Carpio, Segundo Leonardo Angel; Coda Trossarello, Sestillo Mateo
    El título aplicado al estudio del matrimonio en la perspectiva jurídica, bíblica y doctrinal de la Iglesia. El matrimonio, la unión estable de un hombre y una mujer es una institución natural; se origina en el Derecho natural y divino. El contrato sigue vigente es el pacto o alianza. El matrimonio, sus propiedades esenciales y bienes, se rige por el Derecho Canónico, sin perjuicio de los efectos civiles, de la potestad de la Iglesia y del Estado. El vínculo matrimonial significa la unión sagrada o perpetua de un varón y una mujer, se originan en la Biblia; lo esencial afirma la unidad en la diferencia, los relatos (Gn 1-2) fundan la institución del matrimonio (AT) y en el Señor (NT), su unidad e indisolubilidad desde el principio, lo que Dios unió que no lo separe el hombre (Mt 19,5). El divorcio plantea un problema de la fragilidad humana. La doctrina evangélica (Ef 5,31) remite al origen (Gn 2,24), el hombre y la mujer serán en una sola carne, es la misteriosa unión entre Cristo y la Iglesia y sitúa el matrimonio en el plan de Dios en el universo. El carácter sacramental del matrimonio fue defendido por los padres de las herejías, valorado con relación a la virginidad y promovido como don o querido por Dios; las propiedades y los fines, orientados y definidos en la doctrina de los padres y el Magisterio de la Iglesia: el matrimonio es un contrato elevado a sacramento, éste no está sobreañadido, sino está en su naturaleza.