*De la Torre Altamirano, David IsraelAndrade Barragán, Efreen Bladimir2023-11-252023-11-252016https://repositorio.puce.edu.ec/handle/123456789/21152La fragilidad humana y su sentido, ha sido desde siempre muy criticada y cuestionada. Por un lado, el hombre se abandona al sin sentido, por otro lo enfrenta, y es aquí donde descubre su vocación: ve que no es un ser para la nada, sino un ser para la trascendencia; y entonces concluye que las limitaciones, sufrimientos y necesidades no tienen la última palabra. La pobreza y la cruz son signos de civilización no en su sentido propio, sino en la magnitud de que son abrazadas por el Hijo de Dios: signo de contradicción. Entonces el sentido del hombre no se resuelve en la superficialidad del mundo, sino en la esencialidad, en la realización plena de la caridad, con una perspectiva soteriológica. Por ello, en la Iglesia, el pueblo de Dios, los santos y mártires, testimonian que la lógica de caminar en el Señor está por encima de nuestras categorías humanas. Movidos por las bienaventuranzas eternas hacen del proyecto de humanización, a pesar de lo que involucra el mismo, un compromiso con el hombre en la humanidad del prójimo. Desde ahí la cruz y la pobreza trascienden, y la fe, esperanza y caridad del hombre, son notables.esCRISTIANISMODOLOR Y SUFRIMIENTORESURRECCIÓN DE JESÚSAMOR (TEOLOGÍA)La pobreza y la cruz signos de civilizaciónbachelorThesis