Abstract:
Existe un peligro en entender que la Iglesia católica “no” debe mezclarse con la
política, pero el peligro es más grave si no dilucidamos y comprendemos el valor y la
esencia de cada entidad, puesto que las dos nacen y están al servicio del ser humano en la
sociedad. De hecho, la política así como el evangelio tienen sus valores esenciales en favor
del hombre y su bienestar individual y social. Por ello es importante aclarar lo que
concierne decir y actuar a la Iglesia respecto a la política, esclareciendo previamente la
teoría y la práctica política verdadera. La política ha generado ambigüedad para la mayoría
de personas por la imagen poco edificante que han dado sus representantes. Pero así
también sigue llamando la atención a otros. En la política está la dirección y el futuro de un
Estado y su gente, por ello la necesidad de construir y darle su verdadero valor y camino.
El evangelio de Jesús, no sólo tiene incidencias espirituales al interior del ser humano, sino
que, toca su ser total y por ende su vida social y política. El hombre de fe busca construir
un mundo más justo y más humano para todos. Entendiendo que, la verdad histórica de la
Palabra de Dios, trae consigo el principio de la autentica liberación del ser humano:
“conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (cfr. Jn 8, 32). Esto supone un significado
relevante para la misión de la Iglesia y lo que puede aportar desde su Doctrina Social, en la
construcción política hoy, sin perder su identidad.