Abstract:
El lavado de activos es considerado un problema que atenta contra el correcto funcionamiento del sistema financiero de los países, de las organizaciones regionales y mundiales. Esto se debe a la fuente u origen de estos fondos, los cuales en su generalidad son productos de actos ilícitos, catalogados como delitos (dentro de la normativa penal de cada país). De igual manera, se considera que el lavado de activos posibilita la ‘propagación’ y ‘ejecución’ de otros delitos que atentan contra la integridad y dignidad de las personas humanas (administración de la justicia, tráfico humano, tráfico de drogas, armas, prostitución, extorsión, entre otros), impidiendo que el estado cumpla su deber de cuidado y ejecute su rol de garante de los derechos, integridad y dignidad de las personas y de la sociedad.
Autores como Caparros (1998) y Montani (2014 - 2015), sostienen que el lavado de activos es un fenómeno que ha existido desde el inicio de las sociedades, desde antes que exista el dinero; otros como Uribe (2003) establecen que a partir de los siglos XVI -XVII, los piratas fueron los principales autores del lavado de dinero, mediante el robo de oro recuperado en los ataques a los buques que surcaban el Atlántico, delitos que en algunas ocasiones fueron apadrinados por gobiernos o reinados, el caso más común es el del pirata inglés Francis Drake, quien auspiciado por la reina Isabel I de Inglaterra asalto y robo a varias naves españolas y ciertos puertos, como lo describe Boyan (2015, s.p).
Sin embargo, según Boyan (20015, p. 23) la palabra “lavado” relacionada al dinero empieza a tomar relevancia para Estados Unidos durante los años XX por el fortalecimiento de las mafias, problemática de la sociedad que empezaba a ser un fenómeno visible, principalmente todo lo relacionado con Al-Capone. Esto debido a la estructura, organización y perfeccionamiento de la red utilizada para ingresar estos capitales de orígenes delictivos al sistema financiero, dejando rastros (pruebas) casi inexistentes o poco identificables porque todo el proceso se enmascaraba tras las lavanderías que convertía dinero ilegal de prostitución, armas, alcohol, en dinero legal. Oficialmente el término “lavado de activos” utilizado judicialmente en Estados Unidos en el año 1982 tras haber “confiscado dinero supuestamente blanqueado procedente de cocaína colombiana” (Boyan, 2015, p.75).
Con el surgimiento del narcotráfico y otro tipo de delitos (cibernéticos, digitales, bancarios, entre otros), los métodos y técnicas utilizadas fueron perfeccionándose. En el mundo contemporáneo, la creación de pequeñas empresas ya no son el punto central del lavado de activos porque tanto las empresas multinacionales, así como las tiendas de barrio (pequeñas) poseen las mismas características y posibilidades para lavar dinero, con diferencias como: la magnitud del giro del negocio, frecuencia con la que ingresan estos capitales, tiempo de transición del lavado de activos, entre otras características. La tecnología juega un rol esencial en el cometimiento y la ejecución de este tipo penal, las transacciones interbancarias, la facilidad con la que las personas pueden mover capitales entre distintas naciones, distintos bancos, trasladarlos a paraísos fiscales, dificulta el rastreo de los orígenes y traslado de esos capitales.